#ElPerúQueQueremos

Sentir climatológico

Publicado: 2011-08-24

El clima en esta ciudad llamada Lima, " La horrible" y con su cielo panza de burro,  es algo que más que versátil  resulta traernos siempre más de una sorpresa. Esto último se ha acentuado aun más en estos últimos años, vivimos entre el desvarío de un verano muy verano, y un invierno a veces muy invierno y a veces no. Lo real es que no sabemos como actuar, cuando hay que abrigarse y cundo no. Pero dejemos de divagar, la realidad de esta alusión al clima es que estos imprevistos, extraños y raros a personas como yo nos identifican, supongo que los estadios tan imprevistos en la climatología limeña que superan cualquier pronóstico del SENAMHI, se parecen a mí; sí a aquel ser lleno de misterio que a veces puedo ser, y que metido en sus pensamientos se podría decir pasa por todos y cada uno de los colores de un arco iris inmenso y de  innumerables matices.

Ahora, los climas de aquí en mi alma se encuentran más estables, ya puedo escuchar mejor el sentir de los demás, con nuevos ojos veo de nuevo muchas cosas que antes de mi egoísta tristeza no veía. De nuevo supongo soy un poco más el mismo de antes y otras veces no, aquel que ayer nomás decía,  aquel ser cargado de sueños que los fue dejando en determinado tiempo,  perdiéndolos  por el camino y que sin embargo aun no los ha perdido todos. Me pregunto si seré fuerte; si realmente, cuando la tempestad de veras llegue, sabré pararme en frente a arriar la velas y navegar en una tempestad que de primeras pueda mostrarse insuperable. Supongo pediré ayuda, a aquellos a quienes les debo y no es para menos media vida, aquella de la que me estaba alejando ensimismado por un mar de recuerdos. Ahora los vientos están tranquilos, por ahora no hay novedad en el frente, el barco navega en aguas tranquilas y desea seguir navegando y descubriendo nueva cosas.

Existen nuevos tiempos entonces y como el clima resulta siempre un eterno imprevisto hay que ir preparados, los amigos también han de tener imprevistos que coincidan con los nuestros, he ahí que a veces no estén para ayudarnos, eso lo se. Entonces solo estaremos nosotros mismos y nuestra voluntad de vivir un día a día con a la incertidumbre de azar y la inevitable responsabilidad de ver nuestros destinos. Ya no hay tiempo para tristezas sin fondo, solo queda ver hay más allá de las sombras, de los miedos, de los recelos y desconfianzas; más allá de ese ser que en determinadas ocasiones ha venido a boicotearnos mil y un proyectos, un ser que en ya varias ocasiones había acabado siendo mi propio yo mismo.


Escrito por

Ronald Oria Siapo

Lector que escribe


Publicado en

VIVIR PARA CONTARLA

Literatura, Psicología, Arte, Política. Escritos de otros lados y míos para compartir.